Publicado 31/05/2019 23:28

El papa asegura que el problema de la fe no es la "cantidad" de fieles sino "la falta de alegría"

Pope meets Romanian Patriarch
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   MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -

   El papa ha señalado que el problema de la fe no es la "cantidad" de fieles sino "la falta de alegría" durante su encuentro con la pequeña comunidad católica de Rumanía -que solo representa el 7,4% de la sociedad frente a la mayoría ortodoxa- en la catedral de San José, construida a mediados del siglo XIX.

   "Sin alegría permanecemos paralizados, esclavos de nuestras tristezas. A menudo el problema de la fe no es tanto la falta de medios y de estructuras, de cantidad, tampoco la presencia de quien no nos acepta; el problema de la fe es la falta de alegría", ha dicho el pontífice.

   Francisco ha hecho estas consideraciones durante la homilía de su primera misa en el viaje a Rumanía que culminará el domingo, después de una maratón de tres días que le llevará a Transilvania, zona poblada tanto por católicos rumanos de rito bizantino como también del rito latino, así como a Iasi, la capital cultural de Rumanía, ubicada en la región de Moldavia, donde se concentra la mayoría de católicos rumanos de rito latino.

   En su alocución ante las reliquias del Beato Vladimir Ghika, sacerdote y mártir, y de San Juan Pablo II, el Papa ha dicho que "la fe vacila cuando se cae en la tristeza y el desánimo". Y ha agregado: "Cuando vivimos en la desconfianza, cerrados en nosotros mismos, contradecimos la fe, porque, en vez de sentirnos hijos por los que Dios ha hecho cosas grandes, empequeñecemos todo a la medida de nuestros problemas y nos olvidamos que no somos huérfanos".

   El Papa ha celebrado la misa tras su encuentro con el Sínodo permanente, uno de los más altos órganos de decisión de la Iglesia Ortodoxa Rumana. El Papa ha rezado también un Padre Nuestro junto al Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Bucarest, Daniel III, un gesto muy simbólico ya que la Iglesia ortodoxa rumana es una de las más alejadas de la Iglesia Católica. Cientos de fieles, católicos y ortodoxos han aplaudido a los dos líderes religiosos.

   El obispo de Roma ha reclamado la figura de la Virgen "experta en la fatiga" que sabe cómo dar la mano a los fieles "en las asperezas" cuando se encuentran "ante los derroteros más abruptos de la vida". Así ha hablado de "tantas mujeres, madres y abuelas" de Rumanía que, "con sacrificio y discreción, abnegación y compromiso, labran el presente y tejen los sueños del mañana".

   En este sentido, ha destacado su "entrega silenciosa, recia y desapercibida que no tiene miedo a 'remangarse' y cargarse las dificultades sobre los hombros para sacar adelante la vida de sus hijos y de toda la familia esperando "contra toda esperanza".

   El Papa ha aprovechado su homilía en esta catedral ortodoxa, inaugurada el pasado mes de noviembre y aún no concluida, para hablar de nuevo de la "cultura del encuentro" donde nadie es "descartado ni adjetivado", sino donde todos son "buscados", porque son "necesarios, para reflejar el Rostro del Señor". Así ha instado a "salir" de nosotros mismos, de las "cerrazones y particularismos" para enseñarnos a mirar "más allá de las apariencias"

   Finalmente, ha impulsado la unidad con los ortodoxos al subrayar que la "cultura del encuentro" que "impulsa a los cristianos a experimentar el milagro de la maternidad de la Iglesia que busca, defiende y une a sus hijos".