Publicado 01/12/2019 12:21

El Papa denuncia el "silencio cómplice" en las tensiones en el este de la RD del Congo "alimentadas también desde fuera"

ROMA, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha denunciado el "silencio cómplice" en los tensiones del este de Beni (República Democrática del Congo) provocadas por el lanzamiento de una operación de seguridad dirigida por el Gobierno contra las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) el pasado 30 octubre y que han dejado a la población atrapada entre el fuego cruzado entre Gobierno y grupos armados.

"Hoy rezamos por la paz, seriamente amenazada en el este del país, especialmente en los territorios de Beni y Minembwe, donde estallan los conflictos, también alimentados desde fuera, con el silencio cómplice de muchos", ha subrayado el Pontífice.

Francisco ha hecho estas consideraciones en la misa que ha celebrado esta mañana, primer domingo de Adviento, con motivo del 25 aniversario de la Capellanía Católica Congoleña de Roma en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

El Pontífice ha celebrado la eucaristía en rito zaireño, propio del Congo, una adaptación del rito romano ordinario que fue aprobada por la Congregación para el Culto Divino en 1988 con el título de Misal Romano para la Diócesis de Zaire (antiguo nombre de la República Democrática del Congo).

Este rito es el fruto de un largo proceso de inculturación de la liturgia entre los pontificados de Pablo VI y Juan Pablo II. El objetivo era abrir la liturgia a los valores culturales del pueblo zaireño.

En su alocución, el Papa ha incidido en la necesidad de cambiar la economía que - según ha señalado- se sirve de la guerra" a una economía "que sirva a la paz". Y una vez ha reiterado su mensaje de desarme en el mundo al pedir "que se renuncie a las armas" para lograr un futuro de paz.

La situación de inseguridad y el recrudecimiento de la violencia en el este de República Democrática del Congo ha hecho que la ONU no pueda entrar ayuda humanitaria en el país.

El Papa también ha dedicado parte de la eucaristía a analizar los "verdaderos peligros de la fe". Así ha especificado: "El peligro real es el que adormece el corazón: es depender del consumo, es dejarse aligerar y disipar el corazón de las necesidades".

De este modo, ha destacado que en el Evangelio, cuando Jesús señala los peligros de la fe, "no le importan los poderosos enemigos, las hostilidades y las persecuciones". Y ha aclarado:"Ha existido todo esto y existirá en el futuro, pero no debilita la fe".

En cambio, el Papa ha identificado "el consumismo" como "un virus que corroe la fe desde la raíz" , porque hace creer que la vida depende solo de lo que se tiene, y así uno de olvida de Dios. Y ha concluido: "Y entonces se vive de cosas y no se sabe muy bien por qué cosa; entonces se tienen tantos bienes, pero no se hace el bien; las casa se llenan de cosas pero se vacían de hijos; tiramos el tiempo en pasatiempos y no hay tiempo para Dios y los demás".

Y ha añadido: "Y cuando se vive por las cosas, no bastan nunca, la avaricia crece, los otros se convierten en obstáculos en la carrera y por eso terminamos sintiéndonos amenazados y siempre insatisfechos y enojados, el nivel de odio aumenta. Lo vemos hoy donde reina el consumismo: cuánta violencia, incluso si es verbal, ¡cuánta ira y deseo de buscar un enemigo a toda costa! Así, mientras el mundo está lleno de armas que causan la muerte, no nos damos cuenta de que continuamos armando el corazón con ira".