ROMA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha arremetido contra las sociedades que no dan "esperanza al sufrimiento" porque han perdido "su humanidad" al tiempo que ha invitado a ayudar a los enfermos combinando "competencia y compasión".
"Una sociedad que no es capaz de acoger, proteger y dar esperanza al sufrimiento, es una sociedad que ha perdido la piedad y el sentido de la humanidad", ha denunciado Francisco en un discurso a los empleados de la Fundación italiana Don Carlo Gnocchi, una realidad asistencial y social, que fluyó de la mente y el corazón del sacerdote ambrosiano.
"El significado y el valor de la profesión de la salud y de cada servicio prestado al hermano enfermo se manifiesta plenamente en la capacidad de combinar competencia y compasión", ha dicho el Pontífice.
Ante ellos ha señalado que el significado y el valor de la profesión de la salud se manifiesta plenamente en la capacidad de combinar competencia y compasión. "El sufrimiento de los hermanos pide ser compartido, pide actitudes e iniciativas de compasión, se trata de "sufrir con", compadecerse de Jesús, que por el bien del hombre se hizo hombre para poder compartir plenamente, de una manera muy real, en carne y hueso, como se muestra en su Pasión", ha señalado.
Así, les ha pedido que no se "cansen de servir al último en la difícil frontera de la enfermedad y la discapacidad: junto con las terapias y técnicas más avanzadas para el cuerpo, ofrezcan a quienes confían en sus estructuras las medicinas del alma, es decir, consuelo y ternura de Dios".
El Pontífice ha especificado: "Esto significa para ustedes, luchar valientemente contra las causas del sufrimiento y cuidar con amor la incomodidad de las personas que sufren o están en dificultad". De este modo ha invitado a ser "cristianos activos, optimistas, serenos, concretos y profundamente humanos" que miren al mundo no "como un enemigo para ser asesinado o que debe escapar, sino como un hijo pródigo para ser conquistado y redimido con amor ".
El Santo Padre, además, les ha animado a continuar su viaje en el compromiso de la promoción humana, que también es una contribución indispensable a la misión evangelizadora de la Iglesia. Y ha concluido que la proclamación del Evangelio es" más creíble" gracias al "amor concreto con el que los discípulos de Jesús dan testimonio de la fe en Él"