ROMA, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha lamentado que los orgullosos no pidan "ayuda" porque "deben demostrar que son autosuficientes" mientras que ha destacado el Señor "no se cansa nunca de perdonar" y que son las personas las que se cansan de "pedir perdón".
"¡Qué difícil es admitir un error y pedir perdón!. Cuesta porque humilla nuestra imagen hipócrita. Vivir tratando de ocultar las deficiencias es agotador", ha manifestado el Pontífice en la audiencia general de este miércoles que ha presidido en el aula Pablo VI del Vaticano.
Francisco ha dedicado su catequesis a la primera de las Bienaventuranzas del Evangelio de san Mateo. En este sentido ha alertado de que son muchas las personas que "necesitan ayuda, pero el orgullo les impide pedirlo". "¡Qué difícil es admitir un error!", ha lamentado.
Así se ha detenido en el significado de la pobreza de espíritu, que más que con las cuestiones materiales y económicas tiene que ver con "dimensión más íntima y espiritual" de la persona. Ante esto, ha denunciado que la "soledad y la infelicidad" son parejas a la persecución de darse importancia.
"Si tengo que ser 'alguien' entro en competición con los otros y vivo en la preocupación obsesiva por mi ego. Si no acepto ser pobre, odio todo lo que me recuerda mi fragilidad", ha dicho el Papa.
De esta forma , ha hecho hincapié en que las personas son "radicalmente incompletas y vulnerables", cualidades que "no hay maquillaje que la cubra".
En su alocución ha recordado a las parejas de recién casados su receta para la felicidad en el matrimonio: pedir permiso, dar las gracias y pedir perdón.