Actualizado 15/05/2016 12:26

El Papa lamenta la "tristeza existencial" que se deriva de la independencia de Dios

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   ROMA, 15 May. (EUROPA PRESS) -

   El Papa ha lamentado la "tristeza existencial" y la "soledad interior" que se deriva hoy de la supuesta independencia de Dios y la incapacidad para rezar y ha pedido a los fieles que "restablezcan" la relación con el Padre "destruida por el pecado".

   Francisco ha hecho estas reflexiones durante la homilía de la Santa Misa de Pentecostés, que ha celebrado esta mañana en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y en la que ha reflexionado sobre la filiación de todo hombre como hijo de Dios.

   "También en nuestro tiempo se constatan diferentes signos de nuestra condición de huérfanos: esa soledad interior que percibimos incluso en medio de la muchedumbre, y que a veces puede llegar a ser tristeza existencial", ha señalado.

   Así ha puesto como ejemplo, la "supuesta independencia de Dios, que se ve acompañada por una cierta nostalgia de su cercanía; ese difuso analfabetismo espiritual por el que nos sentimos incapaces de rezar; esa dificultad para experimentar verdadera y realmente la vida eterna, como plenitud de comunión que germina aquí y que florece después de la muerte; esa dificultad para reconocer al otro como hermano, en cuanto hijo del mismo Padre; y así otros signos semejantes".

   En este sentido, el Pontífice ha manifestado que la vocación originaria de todo hombre es la de ser hijos. Y ha añadido: "es aquello para lo que estamos hechos, nuestro ADN más profundo que, sin embargo, fue destruido y se necesitó el sacrificio del Hijo Unigénito para que fuese restablecido".

   Por ello ha recordado que la misión de Jesús era esencialmente apartar a los hombres de la condición de "huérfanos" y restituirles "a la de hijos". Y ha asegurado: "la paternidad de Dios se reaviva en nosotros a través de la obra redentora de Cristo y del don del Espíritu Santo".

   Para el Papa, las palabras que Jesús pronuncia en la fiesta de Pentecostés, "no os dejaré huérfanos", hacen pensar también en la presencia maternal de María en el cenáculo. Finalmente, ha recordado que la Madre de Jesús es "la Madre de la Iglesia".