Publicado 08/01/2018 11:54

El parásito de la malaria, presente en Venezuela o Costa Rica, infecta secuestrando una proteína vital para el cuerpo

Plasmodium Vivax
FLICKRVIVIEN ROLFE

   MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS/Notimérica) -

   Una importante colaboración internacional liderada por investigadores de Melbourne, en Australia, ha descubierto que el parásito de la malaria más extendido en el mundo infecta a los humanos secuestrando una proteína sin la que el cuerpo no puede vivir. Los investigadores pudieron desarrollar con éxito anticuerpos que inhabilitaban al parásito para llevar a cabo esta actividad.

   El estudio, dirigido por el profesor asociado del Instituto Walter y Eliza Hall, en Australia, Wai-Hong Tham y el doctor Jakub Gruszczyk, descubrió que el mortal parásito de la malaria 'Plasmodium vivax' ('P. Vivax') causa infección al engancharse a la proteína receptora de la transferrina humana, que es crucial para el suministro de hierro a los jóvenes glóbulos rojos del cuerpo.

   Publicado este jueves en 'Science', el descubrimiento ha resuelto un misterio que los investigadores han estado estudiando durante décadas. La profesora asociada Tham, que también es investigador internacional de investigación en HHMI-Wellcome, subraya que los esfuerzos colectivos de equipos de Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Alemania habían acercado al mundo a una posible vacuna eficaz contra el parásito de la malaria 'P.vivax'.

   "'P. Vivax' actualmente inflige una enorme carga sobre la salud mundial. Es el parásito de la malaria más común en países fuera de África, con más de 16 millones de casos clínicos registrados cada año. El parásito puede permanecer inactivo en el hígado durante meses sin causar ningún síntoma, lo que lo hace muy astuto y difícil de tratar", explica Tham.

   Y añade: "Ahora sabemos que 'P. Vivax' secuestra el receptor de la transferrina humana, que es esencial para transportar el hierro a los glóbulos rojos jóvenes del organismo. Ser capaz de evitar que 'P. Vivax' se adhiera a este receptor e infiltre la sangre es un avance importante y un paso calve hacia la eliminación de la malaria".

   El doctor Gruszczyk apunta que una vez que los equipos entendieron cómo el parásito estaba entrando en las células, pudieron diseñar anticuerpos para bloquear el modo de acceso. "Utilizando el sincrotrón australiano en Melbourne, generamos un mapa en 3D de la proteína del parásito, que es el mecanismo que utiliza 'P. Vivax' para adherirse al receptor de la transferrina humana y entrar en los glóbulos rojos jóvenes. Este mapa proporcionó una vista sin precedentes de la forma de la proteína del parásito, que guió el diseño de anticuerpos para evitar que 'P. Vivax' entre en las células humanas", relata Gruszczyk.

   Tham se mostró feliz de ver que los anticuerpos bloquean con éxito la invasión de 'P. Vivax' utilizando parásitos de Tailandia y Brasil. "Ahora estamos buscando incluir socios de colaboración en el Pacífico, para que podamos evaluar aún más la efectividad de nuestros anticuerpos", adelanta esta investigadora.