MADRID, 16 Jul. (Notimérica) -
Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, han protagonizado varios momentos incómodos durante su visita a Francia, con motivo del desfile del día de la Bastilla que tuvo lugar el martes 14 de julio.
El presidente de México y la primera dama se reunieron con el presidente galo François Hollande. Peña Nieto y Angélica Rivera saludaron a Hollande y, a continuación, empezaron a caminar, momento en el que ella trata de agarrar su mano y él, unos pasos por delante, parece rechazarla.
Las cámaras de televisión captaron otro instante previo, durante ese mismo día, en el que es la primera dama quien parece rechazar el gesto del presidente Peña de Nieto.
Cargando el vídeo....
El vídeo no ha tardado en circular por las redes sociales como ya ocurrió hace unas semanas durante la visita oficial de los reyes de España a México.
El hecho ocurrió el pasado 1 de julio, cuando el presidente mexicano y su esposa visitaron el Museo Virreinal de Guadalupe, en el estado de Zacatecas en México, acompañados del rey Felipe VI y su mujer doña Letizia. Las cámaras captaron a la primera dama intentando dar la mano del presidente, el cual parece no darse cuenta y continúa atendiendo a los reyes. Segundos más tarde es él quien le ofrece la mano ante el rechazo de su mujer. El gesto se convirtió rápidamente en trending topic en el país.
Cargando el vídeo....
Y es que es habitual que Peña Nieto y su familia aparezcan en los medios de comunicación por motivos ajenos a su trabajo como mandatarios. Recientemente, la pareja aparecía en portada en la edición mexicana de la revista ¡Hola!, con motivo de la graduación de la hija de Rivera. La portada no gustó en México por considerarse fuera de lugar. Pero la polémica venía de antes, ya que la primera dama fue captada por las cámaras en Beverly Hills comprando el vestido de su hija para dicho evento.
En noviembre, Peña Nieto y Angélica Rivera volvieron a dar de qué hablar en relación a la mansión que el matrimonio posee en un lujoso barrio de la capital mexicana. La casa fue construida por el grupo Higa, vinculado a una empresa que se benefició posteriormente con contratos públicos. El matrimonio se defendió afirmando que la vivienda pertenece a Rivera, la cual apareció en un vídeo dando explicaciones sobre el tema y por el que fue motivo de burla en las redes sociales.