Actualizado 03/11/2009 22:40

Perú.- Un equipo de médicos peruano finaliza con éxito el primer trasplante de páncreas del país


LIMA, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

El grupo de médicos del Hospital Guillermo Almenara, propiedad del servicio público-privado de EsSalud, anunció este martes el éxito del primer trasplante de páncreas realizado en Perú hace cuatro semanas. La beneficiaria es Rosario Hidalgo Valenzuela, una enferma de diabetes, de 34 años, para quien la operación supone una mayor calidad de vida y un aumento de sus expectativas.

Los médicos integrantes de este equipo se formaron durante tres años en distintos centros peruanos y extranjeros con el objetivo de estudiar al detalle este tipo de intervenciones. En este caso, se trataba de sustituir el páncreas de Rosario por uno sano que generase la insulina y las enzimas necesarias. Además, le extirparon un pedazo de duodeno, dañado por el tratamiento de diálisis de la enferma, así como un riñón que había quedado inutilizado.

La operación duró 18 horas y se desarrolló en tres etapas. La primera, de cinco horas, consistió en retirar los órganos al donante.

La segunda, algo más extensa, se centró en el trabajo con los órganos a temperaturas especiales y la última, la más larga de todas, en la que finalmente se trasplantó el páncreas, según informó la agencia de noticias Andina.

El médico jefe del Servicio de Cirugía de Páncreas del hospital, José de Vinatea de Cárdenas, explicó que la etapa de rechazo inicial ya había expirado y que a pesar de que puede producirse un rechazo crónico, éste puede controlarse mediante medicamentos.

Asimismo, el facultativo indicó que aunque el coste de la operación es mayor que el del tratamiento de diálisis que deben recibir estos pacientes, a largo plazo supone un ahorro significativo.

Por su parte, la paciente y su familia se confiesan optimistas y manifiestan su alegría por no tener que recurrir más a las inyecciones de insulina, ya que los chequeos médicos serán suficientes. La madre de Rosario aseguró que ahora dormirá tranquila, mientras su padre Artidoro, recordó como todas las noches había que controlar permanentemente a su hija para evitar una hipoglicemia.