Actualizado 09/02/2007 20:43

Perú.- García espera que la Justicia archive el caso por una matanza durante su primer mandato tras prestar declaración


LIMA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente peruano, Alan García, expresó hoy su convencimiento de que la Justicia "archivará" la solicitud de denuncia penal en su contra, en calidad de inculpado, en el caso de la matanza de presos terroristas en la prisión de El Frontón, ocurrida en 1986 durante su primer gobierno.

García negó haber entrado en contradicciones durante su declaración ante la juez del Primer Juzgado Penal Supraprovincial, María León Yarango, cuestionando así las afirmaciones del abogado defensor de las víctimas, Carlos Rivera, al señalar que "es natural que tenga que decir algo para ganar un titular" en los medios de comunicación, según informa la emisora local 'CPN'.

En rueda de prensa en el Palacio de Gobierno, García señaló que cree que "es una forma de llamar la atención". "Es una forma de querer poner al Estado como perdedor de la guerra política y jurídica contra Sendero Luminoso. Y yo lamento que estas personas no se detengan ante nada con tal de presentar al Estado como genocida y victimario", subrayó.

Tras declarar durante dos horas sobre la matanza de la cárcel de El Frontón, el mandatario peruano manifestó su disposición a colaborar con la Justicia para esclarecer "cualquier circunstancia".

"El presidente no está por encima de la ley y tiene que cumplir y hacer cumplir la Constitución y la ley (...) en todo lo que se requiera siempre estaré a disposición del Poder Judicial", subrayó, según indica la emisora 'RPP'.

Los sucesos ocurridos en la cárcel de El Frontón en 1986 se incluyen dentro de la denominada 'matanza de los penales', llamada así por una serie de acciones militares ocurridas entre el 18 y el 19 de junio de 1986, a raíz del amotinamiento de los presos por terrorismo recluidos en las prisiones de San Juan de Lurigancho y El Frontón, así como en la cárcel de mujeres de Santa Mónica, todas ellas ubicadas en las provincias de Lima y Callao.

La violenta respuesta militar con la que se reprimió este motín tuvo como resultado la pérdida de casi 300 vidas. Fue uno de los mayores enfrentamientos militares durante la lucha contrasubversiva de la década de los ochenta e implicó directamente a Alan García, entonces presidente.