MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las represas hidroeléctricas en los Andes amazónicos perturban significativamente la conectividad fluvial y, en consecuencia, los sistemas naturales y humanos que estos ríos respaldan.
Los resultados de un nuevo estudio, publicado en Science Advances, cuestionan las investigaciones previas que colectivamente subestiman los efectos de estas represas, dicen los autores.
Dada la importancia de los ríos Andes amazónicos para más de 30 millones de habitantes (que dependen de los peces migratorios, la agricultura de llanuras fluviales y los productos forestales como sus principales fuentes de proteínas e ingresos), es fundamental una mayor cooperación en los procesos de gestión del agua, afirman los autores, quienes sugieren que sus hallazgos se extiendan globalmente.
Aunque los ríos andinos tienen una gran influencia en la gran Amazonía, los expertos aún no han identificado los efectos concretos del aumento de la producción de presas en la conectividad fluvial a escala regional. La investigadora Elizabeth P. Anderson, de la Escuela de Medio Ambiente, Artes y Sociedad de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, y sus colegas verificaron la ubicación de las represas existentes en los Andes amazónicos utilizando imágenes satelitales y cuantificaron los efectos crecientes de las represas actuales y propuestas sobre la fragmentación de los ríos en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Sus análisis no solo mostraron que el número de presas en funcionamiento o en construcción en la región es aproximadamente dos veces más elevado que lo reportado anteriormente, sino también que la influencia del desarrollo hidroeléctrico se ha subestimado sustancialmente.
Las presas hidroeléctricas actuales ya han afectado a las redes afluentes, dicen, aunque no a las corrientes principales de los ríos. Lo último probablemente cambiará si se construyen las represas propuestas, advierten los autores. Estos expertos sugieren que, como resultado de las represas, los patrones migratorios de peces de agua dulce se verán muy perturbados y el 100% de los sedimentos quedarán atrapados en las represas aguas abajo, alterando así el flujo natural de los ríos y los procesos culturales de la región.