CIUDAD DE MÉXICO, 7 May. (Notimérica)
En la década de los 60 apareció en México un sangriento criminal identificado como Macario Alcalá Canchola, que asesinaba a su víctimas imitando al célebre "Jack el Destripador".
En 1962, este criminal fue condenado a 60 años de cárcel, la pena máxima en México, por el asesinato de dos prostitutas en la Ciudad de México. Sin embargo, las autoridades sospechan que mató a otras 12 mujeres, que también ejercían la prostitución, entre 1960 y 1962.
Cuando cometió su último crimen, el 19 de septiembre de 1962, dejó muy en claro que quería ser comparado con el legendario asesino británico copiando su estilo de asesinar prostitutas de manera cruel, generalmente estrangulándolas. Por eso se autodenominó el "Jack mexicano".
Alcalá nació en una familia con recursos económicos muy bajos. En algunas publicaciones se señala que este estuvo en el Ejército pero fue despedido por su incompetencia y falta de disciplina. También intentó ser boxeador, pero fracasó.
Después de ver frustrados sus sueños, trabajó como policía preventivo bajo la falsa identidad de Fernando Ramírez Luna, y fue ahí donde aprendió cómo ocultar sus huellas en la escena del crimen.
Durante el juicio, su esposa declaró que Alcalá se sentía superior a los demás y que siempre trataba mal a la gente, lo que dificultaba sus relaciones con los demás.
El crimen que llevó a su captura fue el de una prostituta llamada Julia cuyo cuerpo de fue encontrado desnudo sobre la cama de una habitación en un hotel de la calle Mosqueta, en la popular colonia Guerrero.
Contactaba a sus víctimas en cabarets o en las calles, las llevaba a hoteles de paso, donde las golpeaba y estrangulaba, abandonando los cadáveres en habitaciones de hotel perfectamente limpias y sin ninguna huella, según informó 'Infobae'
Fue arrestado gracias a que siempre contaba entre sus amigos historias de prostitutas que habían sido asesinadas antes de que se publicaran en la prensa y se molestaba cuando le respondían que no habían escuchado hablar del tema.