Publicado 02/05/2020 08:33

RDCongo.- La reaparición del ébola en República Democrática del Congo, un contratiempo esperado

Trabajador sanitario durante el brote de ébola en República Democrática del Congo
Trabajador sanitario durante el brote de ébola en República Democrática del Congo - MSF/CARL THEUNIS - Archivo

Las organizaciones lamentan estos nuevos casos pero recuerdan que el dispositivo de vigilancia y respuesta seguía vigente

MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) -

A punto de dar por terminado oficialmente el brote de ébola que se había iniciado en 2018, República Democrática del Congo (RDC) se vio sacudido el 10 de abril por la noticia de un nuevo foco. Las organizaciones desplegadas sobre el terreno han matizado, no obstante, que estos casos adicionales no suponen volver a la casilla de salida, entre otras razones porque la vigilancia aún era máxima.

El 12 de abril estaba marcado en rojo en el calendario, ya que era entonces cuando se cumplían los 42 días desde el alta del último paciente de una epidemia que había dejado 3.456 casos, entre ellos 2.276 fallecidos. Sin embargo, el día 10 volvieron a saltar las alarmas, con la aparición de un nuevo brote en Beni que ha dejado ya al menos siete casos, cuatro de los cuales han concluido con la muerte del paciente.

"Aunque supone una decepción, los nuevos casos no son del todo algo inesperado. Ya había personal sobre el terreno listo para responder", han explicado fuentes de la OMS consultadas por Europa Press. Así, la organización ha seguido con la vigilancia de posibles casos, la realización de pruebas y la campañas de vacunación, parte de una estrategia de la que es parte esencial el Gobierno congoleño.

El subdirector de la célula de emergencias de Médicos Sin Fronteras, John Johnson, también coincide en que, por muy "descorazonador" que sea este rebrote, "no es algo del todo inesperado", en la medida en que ya ha ocurrido en epidemias anteriores como la que afectó el África Occidental entre 2014 y 2016 y que concluyó con más de 11.000 víctimas mortales.

En este sentido, y si bien "un solo caso de ébola es motivo de gran preocupación", al mismo tiempo Johnson señala que la situación en la zona este de la RDC "no había cambiado sustancialmente antes de la detección de los nuevos casos". La "maquinaria" de respuesta aún seguía activa, esgrime en declaraciones a Europa Press.

"Los equipos de vigilancia seguían trabajando, el centro de tratamiento en Beni aún estaba operativo. Además, después de 20 meses haciendo frente al ébola, las autoridades sanitarias, hospitales y centros médicos de Kivu Norte saben cómo gestionar la respuesta", agrega.

La prioridad ahora pasa por atender "de la forma más eficiente posible" estos nuevos casos, de los que ya se han examinado sus posibles contactos --"llevará varias semanas", admite el responsable de MSF--. Vigilar y vacunar a estos contactos forma parte de las tareas de contención, en la que sigue siendo "extremadamente esencial" contar con la implicación de las comunidades locales.

La población parece ahora más consciente de los riesgos de una enfermedad que provoca no solo muertos, sino también supersticiones y estigmas. Johnson subraya que, después de 20 meses, "la mayoría de las personas que viven en la zona saben más del ébola y de los riesgos asociados".

RETOS PENDIENTES

Las organizaciones no bajan la guardia porque, además del reto médico que supone una epidemia de esta magnitud, al ébola se suman también otros desafíos, entre los cuales la OMS cita la presencia de grupos armados en la zona este de la RDC, el acceso "limitado" a algunas áreas y la movilidad de los contactos de pacientes ya confirmados.

La pandemia de coronavirus, que suma en la RDC medio millar de casos y una treintena de muertos, puede ahora "complicar la situación", pero en la OMS no consideran que añada "un gran problema" a los ya existentes. "Mucho de lo aprendido para combatir el ébola se puede usar ahora también para limitar la expansión de la COVID-19", señalan las fuentes.

El responsable de MSF coincide igualmente en que "gestionar dos epidemias al mismo tiempo no es un reto menor", entre otras razones por los problemas para trasladar suministros y personal por el cierre de fronteras debido al coronavirus, pero ha recalcado que el conocimiento adquirido en este último año y medio sobre el ébola juega ahora a favor de la contención de ambas enfermedades.

"Muchas de las lecciones aprendidas con el ébola nos sirven para responder al COVID-19: garantizar la capacidad para diagnosticar y responder a los casos, aumentar la concienciación y colaboración de las comunidades, asegurar que los trabajadores sanitarios tienen equipos de protección adecuados, mejorar la higiene en los centro de salud, etc", apunta Johnson.

"LA RESPUESTA NO HA TERMINADO"

En cualquier caso, las organizaciones dejan claro que no se puede dar nada por sentado. "La respuesta no ha terminado", avisan desde la OMS, que ha apelado a la colaboración de la comunidad internacional porque, "sin la financiación adecuada, se pueden perder los progresos logrados para detectar, aislar y controlar cualquier nuevo caso de ébola".

John Johnson también pide aplicar las lecciones del coronavirus ahora con el ébola, en la medida en que la crisis de la COVID-19 "demuestra que si la comunidad internacional presta atención y concentra sus esfuerzos, se puede controlar el brote de una enfermedad infecciosa, por muy grande que sea". Prevenir ahora para no lamentar después.