Actualizado 03/08/2009 22:23

Recesión de EEUU deja huella permanente en el empleo

Por Emily Kaiser

WASHINGTON (Reuters/EP) - Mucho después de que termine el primer mandato del presidente Barack Obama en el 2013, millones de familias estadounidenses seguirán pagando el precio de la recesión.

Desde los trabajadores automotores de Detroit demasiado viejos como para recibir capacitación hasta los inmigrantes hispanos de Arizona sin casas que construir, pasando por los graduados universitarios en competencia con veteranos por pocos puestos de trabajo, más y más personas enfrentan la perspectiva de un desempleo estructural.

Desde que comenzó la recesión en diciembre del 2007, la tasa de desempleo ha subido en 4,6 puntos porcentuales a un 9,5 por ciento, la mayor alza desde la Gran Depresión. Para empeorar las cosas, está llevando unos seis meses en promedio encontrar un nuevo trabajo, un máximo histórico.

Aunque Obama señala con frecuencia que heredó la recesión de su antecesor George W. Bush, su éxito o fracaso en salir de la crisis definirá el legado de su gestión, especialmente para un presidente que llegó al poder con el slogan de "Sí, podemos".

A menos que Obama logre reparar el mercado laboral, el entusiasmo que generó su elección podría dar paso al desencanto, abriendo heridas sociales y económicas que le impedirían cumplir sus objetivos políticos.

TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Tradicionalmente, el desempleo sube durante las recesiones, ya que la debilidad de la demanda interna lleva a las compañías a reducir el empleo y la producción. Por lo general, esos trabajadores despedidos son recontratados cuando la economía se recupera.

Por ejemplo, en las recesiones de comienzos de los años 80, la tasa de desempleo tocó un máximo del 10,8 por ciento. Gracias a una fuerte recuperación, retrocedió a un 8,3 por ciento un año después de terminada la caída económica.

Pero este patrón ha cambiado en los últimos años y los empleos perdidos en las recesiones son más difíciles de recuperar, si es que se recuperan.

En la recesión del 2001, el desempleo tocó su máximo en 19 meses después del fin de la caída, y se necesitaron otros tres años para que la tasa volviera a los niveles previos a la crisis.

En la actual recesión, los economistas dicen que el alto desempleo persistiría al menos otros cuatro años más. En Michigan, sede de la vapuleada industria automotriz, se perderían casi un 13 por ciento de los empleos, según estimaciones de la firma IHS Global Insight.

Se cree que el mercado laboral de Michigan no regresaría a los niveles previos a la recesión sino hasta el 2015.

Alvin Gains, de 56 años, un ex trabajador de Chrysler en un suburbio de Detroit, perdió las esperanzas de encontrar empleo en su estado y se está mudando a Texas.

Ya dejó Michigan una vez, cuando fue despedido de Chrysler en 1979. Esta vez no cree que vaya a regresar. "Esta recesión es mucho peor, no hay trabajo aquí", dijo.

El alza en el desempleo estructural es desconcertante para los economistas. La Oficina de Presupuesto del Congreso estudió el fenómeno en el 2007 y concluyó en que el tema era "difícil de explicar".

Pero lo que está claro es que cuanto más tiempo personas como Gains sigan sin empleo, más difíciles son sus posibilidades de reinsertarse en el mercado. Sus conocimientos se desactualizan, sus hojas de vida quedan en desventaja frente a otros trabajadores y tienen que competir con gente más joven.

La recapacitación es la receta más común, pero el pago y los beneficios de las nuevas carreras son algo peores. Los ex trabajadores del sector del automóvil que alguna vez ganaban 28 dólares la hora, ahora sólo pueden esperar poco más de 9 dólares.

"Lo más duro para muchos trabajadores de automotrices que han hecho el mismo trabajo por 25 años es aceptar que su estándar de vida ha sido bajado en un 80 por ciento", dijo Douglas Stites, presidente ejecutivo de Capital Area Michigan Works, un centro de carreras de Lansing, Michigan.

La crisis del mercado inmobiliario ha empeorado la situación porque el alto desempleo se ha traducido en elevadas tasas de ejecuciones hipotecarias, haciendo más difícil vender la propiedad y seguir adelante.

En este marco, cuando las perspectivas en la ciudad de origen son poco alentadoras, algunas veces la única opción es mudarse. La firma de colocación de personal Challenger, Gray & Christmas dijo que el 18 por ciento de las personas que encontraron empleo en el segundo semestre debieron mudarse, un alza desde el 14 por ciento de los tres meses previos y un máximo desde el 2006.

El desempleo se extiende mucho más allá de los propios trabajadores, al golpear a las familias y a comunidades enteras mediante un alza de los delitos, de las ejecuciones de casas y el deterioro de las comunidades.

"Veo al desempleo estructural como una enfermedad real, traicionera, que mata", dijo el sociólogo Thomas Cottle, de la Universidad de Boston, citando efectos colaterales como la depresión, el alcoholismo o la adicción a las drogas.

Incluso los problemas dentales aumentan, ya que los desempleados dejan a un lado los cuidados médicos, dijo Cottle, autor del libro "Tiempos difíciles: El trauma del desempleo estructural".

DESCONTENTO POPULAR

De muchas maneras, Obama representa el Sueño Americano. El mandatario cuenta cómo su madre y su abuela se sacrificaron para darle oportunidades que ellas nunca soñaron tener.

Con el desempleo mucho más alto de lo que calculaban muchos economistas cuando asumió la presidencia, Obama tendrá que convencer a los estadounidenses de que ese sueño aún se puede cumplir.

Dos grupos golpeados duramente por el desempleo -los trabajadores sindicalizados y los estudiantes universitarios- fueron también unos de los mayores simpatizantes de Obama durante su campaña electoral.

Jason Harper, de 22 años, no puede encontrar un trabajo en lo que estudió, publicidad, pese a tener una licenciatura en Princeton y más experiencia que la mayoría de la gente de su edad.

"Pensé que iba a ser un poco más fácil encontrar empleo", dijo, agregando que está buscando trabajo en su área en Alemania.

Si bien los jóvenes aún apoyan a Obama, cuanto más tiempo les cueste encontrar un empleo más descontentos estarán.

Un examen clave para Obama será el año que viene, cuando se celebren elecciones legislativas. Un desempleo alto generalmente enoja a la población, que elegiría castigar al Gobierno de turno por ello.

El mandatario ya está descubriendo que una de sus grandes prioridades, la reforma del sistema de salud, está enfrentando dificultades para avanzar y un Partido Demócrata debilitado podría hacer incluso más difícil las cosas.