Actualizado 06/10/2014 19:03

Cómo reducir la pobreza en América Latina con un plan de urbanismo

Reducir la pobreza
Foto: REINHARD KRAUSE / REUTERS

MADRID, 6 Oct. (Notimérica/EP) -

   Los peatones de cualquier gran ciudad latinoamericana tienen para su uso exclusivo algo menos del 4 por ciento del espacio, pero se ha demostrado a través de ejemplos de planes urbanísticos como el de Medellín (Colombia), que integrar a las personas en espacios de socialización puede reducir la pobreza y los problemas sociales.

   Cerca de 100 millones de coches circulan diariamente por cualquier gran ciudad latinoamericana, lo que supone uno por cada cinco personas, haciendo que los peatones tengan para su uso exclusivo algo menos de un cuatro por ciento del espacio, según datos del Banco Mundial (BM).

   El 96 por ciento de transporte motorizado restante impacta en el desarrollo y bienestar de los ciudadanos. A pesar de los esfuerzos en los últimos años por mejorar el número de vías pensadas para peatones y ciclistas, la mayoría de grandes urbes todavía no cuentan con demasiados espacios.

   Por ejemplo, México DF tiene sólo un 0'15 por ciento de espacios dedicados a peatones, Buenos Aires presenta una cifra algo mayor, con un 0'31 por ciento, Bogotá, un 3'9 por ciento y Río de Janeiro, un 2'2 por ciento.

   Esta falta de espacios para peatones es el resultado de una acelerada urbanización en la región, que ha tendido a ofrecer servicios de movilidad para el transporte privado más que a crear espacios para el bienestar de sus habitantes.

UNA SOLUCIÓN PARA LOS PROBLEMAS SOCIALES

   Hoy en día, más del 80 por ciento de los latinoamericanos viven en ciudades y, para 2050, será un 90 por ciento. Por eso, han ido surgiendo nuevas iniciativas destinadas a convertir espacios públicos en lugares de interacción y socialización.

   Alrededor de 111 millones de latinoamericanos viven en barrios marginales y uno de cada cuatro habitantes de las ciudades viven en la pobreza. La exclusión física lleva a la exclusión económica, por lo que "es necesario conectar a los ciudadanos más pobres con el resto de la región", según ha explicado la experta en infraestructura del BM, Verónica Raffo.

   Raffo también ha señalado que "la creación de buenas infraestructuras, de espacios públicos de calidad y de medios de transporte que lleguen a los más vulnerables y excluidos de la sociedad es esencial para reducir los niveles de desigualdad y de pobreza".

   Un ejemplo es Medellín, en Colombia, ha estado sometida a la inseguridad y el narcotráfico desde los años 80, pero desde 1990 la tasa de homicidios ha caído en un 80 por ciento, en parte gracias a la creación de espacios recreativos que incluyen a todos los ciudadanos.

PREVENIR DESASTRES NATURALES

   Un buen plan de urbanismo también puede ayudar en la reducción de los efectos de los desastres naturales. En América Latina están 9 de los 20 países que más dinero perdieron como consecuencia de condiciones climáticas extremas, con un coste estimado de 50.000 millones de dólares de 2001 a 2010.

   Una buena planificación urbana ayudaría a construir edificios en lugares seguros, prevendría los desastres del cambio climático e integraría las sociedades, mejorando la seguridad y prosperidad de los países.

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