Publicado 19/06/2016 13:57

Las solicitudes de asilo en Brasil aumentan un 2.860% en seis años

Refugiados
REUTERS

   BRASILIA, 19 Jun. (Notimérica) -

   Brasil acoge a 9.000 refugiados reconocidos, cifra que sigue creciendo debido a crisis humanitarias y conflictos armados en diferentes partes del mundo. En los últimos seis años, hubo un incremento superior al 2.860 por ciento en las solicitudes de asilo, según informó el Comité Nacional para los Refugiados (Conare).

   Estas personas proceden de 78 países diferentes, aunque la mayoría de ellos son originarios de Siria, República Democrática del Congo y de Angola.

   De acuerdo con el oficial de protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Gabriel Godoy, en 2010 el país recibía 500 solicitudes de refugio por año. Sin embargo, hoy recibe 1.200 por mes.

   En el 2015, se registraron más de 28.000 solicitudes. "La realidad mundial ha tenido impacto en Brasil, donde se ha visto un rápido incremento en las solicitudes de refugio. Hay que reconsiderar el sistema brasileño de refugio de modo a proporcionar una mayor capacidad de respuesta a ese creciente volumen de solicitudes, lo que demanda más recursos financieros y humanos", explica Godoy.

   Estas declaraciones fueron realizadas este jueves en Río de Janeiro durante un seminario sobre la situación de los refugiados promovido por ACNUR, en colaboración con Cáritas --entidad de promoción social y defensa de los derechos humanos vinculada a la Iglesia Católica--.

   De acuerdo a 'Agencia Brasil', Godoy abogó además por la creación de un Plan Nacional de Integración Local para garantizar más derechos a los refugiados: "Aunque las directrices de acogida ya están en la Constitución, hace falta que se traduzcan en una práctica efectiva".

   El congoleño Charle Congo vive en Río de Janeiro desde hace ocho años y llegó al país huyendo del conflicto armado en su país. Para él, el idioma y el prejuicio son los principales obstáculos que enfrenta para adaptarse. "Muchos desprecian a los refugiados; piensan que son fugitivos", señala.

   "El protocolo que recibimos cuando llegamos de poco nos sirve. Es un trozo de papel que hace que algunos empleadores se sientan inseguros, pues piensan que no vale nada (...). Después de un tiempo, nos acostumbramos. Hoy día enfrento las mismas dificultades y disfruto de las mismas ventajas que los brasileños", añade.

   Otra congoleña, Naomi Kaka, de 23 años, vive en Brasil desde hace poco más de un año y medio y cuenta que en su país estudiaba contabilidad. "Para mí lo más difícil es encontrar trabajo", comenta Kaka, que hasta hoy no consiguió contactar con la familia que dejó en el Congo.

   La coordinadora de Atención a Refugiados de Cáritas en Río, Aline Thuller, explicó que no para de crecer el número de congoleñas que llegan solas a Brasil, embarazadas o con niños pequeños.

    "El Congo es conocido hoy como la capital mundial de la violencia sexual contra la mujer. Así que, si una familia tiene condiciones de sacar a alguien del país, elige a mujeres y niños, que están en una situación más vulnerable. Además, esa cantidad (de refugiados) tiende a aumentar, pues es un año electoral, en un país cuyo presidente es un dictador, lo que deberá intensificar los conflictos", dice.

   Durante el seminario, los ponentes también defendieron que se incluya en la lista de refugiados los perseguidos por su orientación sexual.

   Desgraciadamente existen todavía 86 países en el mundo que criminalizan las relaciones homosexuales y castigan a esa relación con la pena de muerte. "Brasil ha reconocido tales peticiones y esa es una buena práctica, aunque supone un desafío. El ACNUR defiende que se interprete el concepto de refugiado en un sentido más amplio", concluyó Gabriel Godoy.