Actualizado 08/08/2009 21:17

SUMO-Apodo de "cerdito", golpe bajo para luchador mongol

Por Alastair Himmer

TOKIO (Reuters/EP) - Asashoryu, el gran campeón y niño malo del sumo, ha sido llamado de varias formas, pero es poco probable que su apodo de "cerdito" quite mucho el sueño al jugador mongol.

Cuando un comentarista de televisión recientemente acusó al polémico yokozuna de estar regordete, constituyó un nuevo punto bajo en el acoso a unos de los grandes del antiguo deporte japonés.

Hace mucho que Asashoryu es una persona a quien la gente le encanta odiar. Sus nervios, notoriamente a flor de piel, lo han metido en problemas innumerables veces.

El hombre de 28 años, quien ha ganado la destacada cantidad de 23 Copas del Emperador, ha dividido la opinión dentro del estricto y hermético mundo del sumo con sus regulares quiebres del protocolo.

Decirle a los periodistas japoneses que "se mueran" no ha ayudado exactamente a mejorar su imagen, pero su desdén por la prensa tal vez es comprensible.

Existe un trasfondo de xenofobia en los frecuentes ataques de la prensa sensacionalista contra Asashoryu, quien necesitó protección policial las 24 horas del día tras recibir amenazas de muerte a principios de este año.

Sus críticos dicen que "carece de dignidad" para retener el puesto cuasi divino de yokozuna, una línea a menudo recitada de memoria por la conservadora prensa japonesa e incluso por los miembros del sanctasanctórum del sumo.

"Dicen estar protegiendo al sumo. Es una forma fácil de eludir las acusaciones de xenofobia", explicó a Reuters el columnista de sumo Mark Buckton del diario Japan Times.

"Los mismos luchadores japoneses no consideran que haya diferencia alguna entre ellos y los luchadores extranjeros," agregó Buckton.

BATALLA EN EL BAÑO

La Asociación Japonesa de Sumo sólo diría que el trato que Asashoryu recibió de parte de la prensa fue "lamentable".

El sumo data de hace unos 2.000 años y conserva muchos matices de la religión Shinto. Los golpes de puño y los gruñidos de Asashoryu contra sus contrincantes están mal vistos por las autoridades establecidas.

La crítica convenientemente ignora el impacto que Asashoryu causó sobre este arcaico deporte, que estaba en una pronunciada decadencia hasta que su estilo impulsivo le dio una muy necesaria dosis vivificante.

El boxeador Muhammad Ali les rugía a sus víctimas, el tenista John McEnroe les gritaba ininterrumpidamente a los árbitros y Michael Jordan gruñía a casi todos en la NBA.

Asashoryu es igualmente descarado y ha tenido una gran influencia en su deporte. Su conducta incomoda, pero él vende entradas, incluso en tiempos de recesión financiera.

Este luchador recibió órdenes de mejorar su comportamiento después de la famosa "Batalla del baño", donde volaba espuma mientras él y su rival intercambiaban puñetazos durante un baño colectivo.

Tras esta batalla, Asashoryu fue suspendido por ponerse una camiseta de Wayne Rooney y jugar en un partido de fútbol de caridad luego de presentar un certificado médico falso por una presunta lesión en la espalda.

Su suspensión le provocó depresión clínica e incluso hubo manifestaciones anti japonesas en las calles de la capital de Mongolia, Ulan Bator.

CAMISA HAWAIANA

Las autoridades de sumo aún critican si Asashoryu decide dejar de lado su tradicional kimono en favor de una camisa hawaiana o mimarse en un spa de lujo en su país de origen.

"Asashoryu no se ha ayudado (a mejorar su imagen). La suspensión por el partido de fútbol fue una tontería", dijo Buckton.

"Se encuentra en una situación en la que no puede ganar", agregó el columnista.

El futuro de Asashoryu ha quedado bajo una intensa especulación y su colega mongol Hakuho, el único otro yokozuna del sumo, metió el dedo en la llaga al ganar el reciente gran torneo de Nagoya.

Sin embargo, llamar gordinflón a Asashoryu una semana después del colapso de su matrimonio, aunque su contextura de 150 kilos es relativamente pequeña para este deporte de regordetes, fue, un golpe bajo para el deportista.

"Se ve gordinflón", dijo con desdén el ex luchador Shuhei Mainoumi antes de Nagoya. "No se ve tan musculoso", agregó.

Muchos luchadores de sumo pesan bastante más de 250 kilos, algunos de los cuales se mueven con toda la gracia de "Jabba the Hutt", el villano de Guerra de las Galaxias.

No es el caso del hábil Asashoryu, quien replicó: "Le he demostrado lo contrario a la gente en el pasado y lo volveré a hacer".