TEGUCIGALPA, 14 Feb. (Notimérica) -
Gritos de desesperación, llamadas de auxilio y, finalmente, cuerpos calcinados. Estas fueron las dantescas imágenes que dejó el incendio del penal de Comayagua (Honduras) en el que murieron 362 reclusos y del que este miércoles se cumplen seis años.
El incendio, en el que también hubo varios heridos y 50 desaparecidos, se originó en el módulo seis del penal y en cuestión de minutos ya se había extendido por casi todo el centro penitenciario.
La misma situación la padecieron los internos de los módulos siete, ocho, nueve y diez. Sin embargo, muchos de estos reclusos tuvieron más tiempo para derribar los techos de cinc y madera, lo que permitió que varios de ellos lograran salvar sus vidas saltando por la parte de arriba.
Los bomberos, que recibieron el aviso minutos más tarde, se encontraron con un escenario espeluznante: las llamas habían calcinado prácticamente todo el edificio y con él la vida de casi todos los presos que allí residían.
Los supervivientes fueron evacuados mientras soldados de la Escuela de Aviación de las Fuerzas Armadas se movilizaron para apoyar en el protocolo de seguridad. Fue en este momento cuando las familias comenzaron a concentrarse en la puerta principal del penal para constatar si sus parientes aparecían en la lista de supervivientes o de víctimas mortales.
El ambiente a las puertas del penal era desgarrador: mientras hombres uniformados entraban y salían del recinto contabilizando el número de víctimas, lo único que podía oírse eran los gritos desgarradores de las madres de los fallecidos.
En el incendio también perdieron la vida el subcoordinador de los reclusos, Jaime Rogelio Willian, y el coordinador general de reos de la Penitenciaría, Fredy Castellanos.
Las hipótesis que se barajaron acerca de las causas del incendio son dos: que fue motivado por un cortocircuito, según confirmó el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía Velásquez; y la teoría de la Policía, según la cuál el culpable pudo ser un preso que prendió fuego a un colchón.
JUICIO
Cinco años después daba comienzo el juicio por los 362 reclusos que perdieron la vida a causa de este terrible incendio. El proceso penal, que dio comienzo el 16 de enero de 2017 con el objetivo establecer y deducir responsabilidades de las entonces autoridades penitenciarias.
La Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) pide 1.800 años de cárcel para los implicados: el exdirector del recinto penitenciario, Wilmer Obdulio López Frías y el encargado de las llaves durante la noche del siniestro, José Víctor Mejía. A estas imputaciones se les suma la del comandante de guardia, Rito Yánez, y la del denominado muralla, Santos López.
La Fiscalía los acusa de 362 delitos de homicidio y 11 de violación a los deberes de los funcionarios. Por su parte, el estado hondureño ha exigido que se haga pronta justicia para las víctimas de esas muertes múltiples.