Actualizado 02/02/2006 22:10

UE.- Los Verdes denuncian el efecto "devastador" de Repsol, Agip y Texaco sobre el Amazonas, entre Perú y Ecuador


BRUSELAS, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Grupo parlamentario de los Verdes denunció hoy el efecto "devastador" sobre el Amazonas que está teniendo la actividad de las compañías petroleras Repsol (España) Agip (Italia) y Texaco (Estados Unidos) situadas en la franja entre Perú y Ecuador.

La presidenta del grupo, Monica Frassoni, el vicepresidente Claude Turmes, y el eurodiputado español David Hammerstein, explicaron hoy en rueda de prensa que las actividades que las compañías petroleras han tenido efectos nocivos "tanto en el medio ambiente como en la seguridad de los habitantes de la Amazonía".

Criticaron asimismo que Repsol y Agip hayan firmado contratos con el Ejército ecuatoriano para garantizar la seguridad de sus instalaciones y alegaron que las ONG's que trabajan en la zona han probado que estos acuerdos violan la Constitución y amenazan los derechos de las comunidades que viven cerca de las explotaciones petroleras.

Mientras, el representante ('kuraka') de la comunidad indígena Sarayaku, (Ecuador) David Malaver Santi, relató que están amenazadas las 2.000 personas que viven en una superficie de 135.000 hectáreas dedicados básicamente a la caza y la pesca.

"El Estado y las empresas petroleras nunca respetan los derechos ambientales y de los pueblos", se quejó el dirigente indígena, quien recordó que su comunidad tiene una "estrategia propia de desarrollo a largo plazo, como el ecoturismo".

Malaver Santi, acompañado de los eurodiputados, está realizando una gira por Europa denunciando la situación de su comunidad que le ha llevado hasta ahora a Austria, Luxemburgo y Alemania en el marco de la Alianza Internacional sobre el Clima liderada por estos tres países y cofinanciado por la Unión Europea.

Los parlamentarios del Grupo de los Verdes pusieron de relieve el fracaso de la supuesta política europea de responsabilidad corporativa que es, a su juicio, a todas luces insuficiente para solventar los problemas que plantean las compañías europeas en todo el mundo, y reclamaron, por tanto, una revisión de estas políticas.