MONTEVIDEO, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades uruguayas informaron este miércoles de que el número de evacuados por las fuertes lluvias que azotan el país desde el pasado fin de semana asciende a 8.000, con cerca de 5.500 desplazados en el departamento de Durazno (centro) y más de 2.000 en el de Soriano (oeste), las dos zonas más afectadas por el temporal.
El Secretario general de las Obras Sanitarias del Estado (OSE), Daoiz Uriarte, señaló que la planta potabilizadora de Durazno ya está fuera de peligro, después de que la crecida sufrida por el cercano río Yí amenazara con anegar las instalaciones poniendo el riesgo el suministro de agua para la población. "Afortunadamente el río ha bajado más de 5 centímetros y continúa bajando a ritmo acelerado", añadió Uriarte.
En la misma línea, el jefe administrativo del departamento, Jorge Reyna, indicó que las aguas frente a la potabilizadora del balneario Independencia también han disminuido de forma notable, por lo que desaparece el riesgo de que es posible garantizar el suministro de agua a los vecinos de la zona.
En el departamento de Soriano, en concreto en la ciudad de Mercedes, las autoridades advirtieron del posible desbordamiento del río Negro, ubicada, frente a la capital, que alcanzará su pico de caudal en las próximas horas, según informaron los expertos.
Por su parte, la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, subrayó la importancia del trabajo que están realizando los llamados comités de emergencia departamentales en las regiones más afectadas para garantizar las condiciones de higiene de los evacuados.
"Cuando ocurren este tipo de fenómenos climatológicos es muy importante tener en cuenta las condiciones de higiene. Por esa razón estamos trabajando en conjunto con las intendencias para garantizar el buen estado de los alimentos y vacunaciones contra la hepatitis A", declaró Muñoz a una emisora local.
En este sentido, la titular de la cartera de Sanidad señaló que la prioridad en estos momentos para su ministerios es evitar que se produzcan epidemias debido a la vulnerabilidad de las personas que han perdido su vivienda y la protección que ésta les garantizaba. "Es muy común que haya epidemias cuando pasan estas cosas por lo que hay que trabajar desde el principio para evitarlas", matizó.