Publicado 05/04/2019 15:06

Una víctima de las maras centroamericanas: "Los que firman nuestra deportación, firman nuestra sentencia de muerte"

'Maras. Ver, oír, callar', el corto que denuncia la violencia y desprotección de
CEAR - Archivo

   MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

    Una víctima de las 'maras' que huyó de El Salvador y ahora se encuentra en España, ha relatado que, a pesar de no sufrir ya la extorsión de las pandillas violentas que operan en su país, aquí siguen sintiendo "miedo": "Ahora le tenemos miedo a la denegación de asilo y a una posible deportación, a que alguien que no nos considera víctimas de crímenes que atentan contra todos los derechos humanos firme nuestra deportación, y con esto, a la vez, nuestra sentencia de muerte", ha afirmado.

   Esta víctima de las maras ha relatado de forma anónima su experiencia durante la presentación del cortometraje 'Maras. Ver, oír, callar' que denuncia la violencia que sufren, su desprotección y obstáculos para encontrar refugio en países como España.

   Ella ya está en España, pero ha reclamado el derecho de todas las víctimas de estas pandillas --que operan principalmente en El Salvador, Honduras y Guatemala-- a recibir una protección internacional para "sobrevivir".

   "Hoy estoy aquí para que entiendan que somos personas iguales que ustedes, que sentimos y soñamos, y nos duele la indiferencia de muchos de no aceptar que vivimos en una condición extrema, que nos duele que nos estigmaticen y creen prejuicios absurdos sobre nosotros", ha expresado.

   En nombre de todas las víctimas de estas pandillas, ha pedido que se respete su "derecho universal a la vida". "Solo queremos sobrevivir, y para ellos que se nos reconozca como víctimas con derecho a pedir asilo", ha aseverado.

MARCHARSE PARA PRESERVAR SU VIDA

   Según ha relatado, "los pocos" que han tenido "la suerte" de poder escapar, saben que no pueden "volver la vista atrás". En su viaje en avión camino a España reflexionó y llegó a la conclusión de que no podía entender "en qué momento" había "perdido todos los derechos y garantías" hasta el punto de tener que marcharse para "poder preservar su vida".

   En este sentido, ha explicado que desde que está en España le han preguntado en "muchas" ocasiones por los motivos por los que se marchó de El Salvador. Según ha confesado, la mayoría de las veces da una "respuesta simple y vana".

    "No quiero decir que nos vamos porque nos dimos cuenta de que para nosotros ya no había esperanza. No quiero decir que nos vamos porque nos quedamos sin lágrimas de ver tanto dolor y maldad, que nos dolió ver cómo le prendían fuego a un microbús lleno de personas, que nos quedamos sin aliento cuando asesinaron a sangre fría a una mujer embarazada de cinco meses, a su amiga y a los dos hijos de ésta", ha incidido.

   "El corazón lo tenemos tan roto por asistir a funerales y entierros de personas que conocimos, que eran buenas, que tenían sueños, que luchaban día a día, pero a quienes les arrebataron la vida por no cumplir con las demandas de los pandilleros", ha remarcado.

   Según ha narrado esta víctima de las maras, si huyen es porque ya "no soportan vivir con miedo de entrar a un barrio contrario", "cruzar una calle y estar en territorio enemigo". "Se nos despedaza el alma al ver que acosan, golpean y violan a niñas indefensas solo porque uno de ellos decidió que la quería de mujer", ha subrayado.

"INJUSTICIA, DOLOR, MUERTE Y SUFRIMIENTO"

   También se van de allí porque los miembros de las maras van tras sus hermanos y familiares, o porque ven "injusticia, dolor, muerte, sufrimiento, abusos", según ha asegurado. "Y tenemos que girar el rostro y apurar nuestros pasos porque quien se atreve a luchar y a decir que las cosas están mal aparece muerto al día siguiente con marcas de tortura y lo suman a los 17 muertos diarios", ha apuntado, para después recalcar que quien aparece es "el mejor de los casos", ya que muchos "desaparecen" hasta que se localiza "otro cementerio clandestino".

   "No podemos estar seguros en calle al ocultarse el sol. Nos convertimos en víctimas potenciales de un asesinato sin ninguna otra razón que la de llenar una cuota de homicidios diaria para demostrar que son ellos, los pandilleros, los que tiene el control", ha destacado.

   Tras este relato, ha incidido en que "se equivoca" todo aquel que piense que estas víctimas "son afortunadas" al llegar a España porque están "seguros y a salvo". "Aquí seguimos viviendo miedo, no por las pandillas que ordenaron nuestros asesinatos por no pagarles la renta, o por rehusar a ser parte de ellos --ha agregado-- sino a la denegación de asilo y a una posible deportación".