Actualizado 09/07/2015 00:22

PERFIL-FUTBOL-Uruguayo Suárez, impulsado por el querer ganar a toda costa

Por Toby Davis

LONDRES, 11 jul, 11 Jul. (Reuters/EP) -

- Combinando una impresionante fútbol con actitudes polémicas, el delantero Luis Suárez se suma al Barcelona con un pie entre los grandes y otro plantado firmemente en el salón de la infamia del deporte.

El uruguayo, cuya transferencia al club español desde el Liverpool fue anunciada el viernes, fue héroe y villano en el Mundial del Brasil al igual que lo había sido cuatro años antes en Sudáfrica.

Ambos torneos dejaron de manifiesto los dos lados de su carrera.

A Brasil Suárez llegó recuperándose de una cirugía de rodilla para marcar dos goles y eliminar a Inglaterra del torneo. Y luego mostró los dientes.

Desde el momento en que mordió un hombro al defensor italiano Giorgio Chiellini, el mundo se le derrumbó y el nuevo futbolista del Barcelona se muda al Camp Nou pese a una suspensión de cuatro meses de cualquier actividad relacionada con el fútbol, una multa y una prohibición de jugar nueve partidos con su selección.

En Sudáfrica, se había forjado una reputación de goleador pero luego detuvo con la mano un remate en la línea de meta que le negó al rival Ghana un lugar en las semifinales.

Es un patrón que se ha repetido a través de toda su carrera futbolística donde el apogeo han sido momentos de brillante habilidad e ingenuidad que lo llevaron a la estratósfera de la elite del fútbol.

Sin embargo, las polémicas lo han definido tanto como sus logros.

Suárez acumula tres largas suspensiones por morder, una por insultos racista y adquirió una reputación de tirarse en la cancha que se le adhirió pese a sus esfuerzos por intentar superarla.

Su calidad nunca ha sido puesta en duda. Tiene una capacidad única para superar a defensores en situaciones mano a mano, una definición letal y una habilidad de mostrar jugadas espectaculares.

Eso puede ser letal cuando se combina con una veta de competitividad pura y un saludable desagrado por la derrota.

"Soy uno de los mejores jugadores del mundo, así que tener la oportunidad de ganar todo -y perder solo ocasionalmente- es lo que me impulsa", dijo este año a la revista Four Four Two.

"Soy ambicioso. Quiero ganar y no pararé hasta marcar uno, dos o más goles", agregó.

TEMPORADA RÉCORD

Pese a temores sin fundamento de que la cirugía en la rodilla podría anular sus posibilidades de integrar la selección uruguaya, se dirigió a Brasil en el mejor momento de su vida.

Sus goles en la eliminatoria sudamericana, 11 en 16 partidos, ayudaron a Uruguay a asegurarse un lugar en el Mundial, mientras que en el Liverpool su botín de 31 tantos fue el impulso para la campaña hacia el título, que perdió en las últimas semanas.

Suárez terminó la temporada con un Botín de Oro Europeo compartido y fue nombrado Futbolista del Año por la Asociación de Futbolistas Profesionales y la Asociación de Periodistas de Fútbol.

Sin embargo, los honores individuales no contaron para nada cuando el futbolista quedó reducido a las lágrimas tras un calamitoso empate 3-3 que terminó con las esperanzas de título del Liverpool.

En otro microcosmos de la saga Suárez, su temporada récord comenzó tras una larga suspensión y en medio de acusaciones de deslealtad.

Al comienzo de la temporada y cuando aún tenía que cumplir seis partidos de suspensión por morder a Branislav Ivanovic del Chelsea, Suárez puso a prueba la paciencia de los hinchas del Liverpool al intentar un pase a su rival Arsenal.

El delantero fue convencido que sus ambiciones podrían cumplirse en el club, pero la saga "se queda-se va" dominó los medios ingleses.

Antes de llegar a Anfield, Suárez había sido apodado el "caníbal del Ajax" por los medios holandeses después de que mordió al jugador de PSV Eindhoven Otman Bakkal, una falta que le valió una suspensión de siete partidos.

Llevaba apenas 10 meses en el Liverpool cuando fue suspendido por ocho partidos por insultar con una expresión racista a Patrice Evra, del Manchester United.

El Mundial de Brasil le dio a Suárez una oportunidad de continuar su impresionante temporada, pero una vez más la balanza se inclinó para el lado negativo.

"Este es mi mejor temporada. Me siento en un buen lugar, física y mentalmente (...) personalmente hablando, quiero continuar esa mentalidad en todo el Mundial con Uruguay", había dicho el futbolista.

"Tengo 27 años, estoy en mi mejor momento (...) me gusta ganar. Odio perder, ya perdí bastante", agregó.

Sin embargo, otra vez su temperamento impredecible y la voluntad de hierro de ganar a toda costa le jugaron una mala pasada.