Actualizado 11/09/2014 19:23

El sistema biométrico comenzará en octubre en Caracas y los estados fronterizos

CARACAS, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El ministro de Alimentación de Venezuela, Iván Bello, ha anunciado que el sistema biométrico para la compra de productos básicos ya estará funcionando el próximo mes de octubre en Caracas y los estados fronterizos.

   Bello ha explicado que pronto comenzarán a instalarse 1.500 máquinas 'captahuellas' en los puntos de venta de la red pública de supermercados en Caracas y los estados fronterizos. "Calculo que en un mes debe estar en funcionamiento", ha dicho, según ha informado la agencia de noticias oficial AVN.

   El ministro ha detallado que el Sistema de Abastecimiento Seguro funcionará con un gran servidor que incluirá la red estatal y la red privada de supermercados y que se encargará de cruzar la información sobre las compras que realiza cada persona.

   A pesar de ello, ha insistido en que "no se va a limitar a nadie en su compra". "Simplemente, si alguien hace unas compras por encima de lo esperado, que prende las alertas, va a ser llamado luego por la Superintendencia de Precios Justos", ha indicado.

   Bello ha matizado, no obstante, que mientras que los supermercados privados serán libres para hacer su propio inventario y establecer, dentro de unos márgenes, sus propias limitaciones, en los públicos sí habrá restricciones porque el objetivo es que los productos subsidiados hasta un 80 por ciento se repartan bien.

SISTEMA BIOMÉTRICO

   El presidente, Nicolás Maduro, ordenó el pasado 20 de agosto la instalación de lectores de huellas dactilares en las tiendas de alimentos de todo el país para racionar los productos que compra la población y responder así a la actual situación de escasez.

   El objetivo de este polémico plan es evitar que una misma persona compre grandes cantidades de alimentos para posteriormente revenderlos en el mercado negro o introducirlos de contrabando en Colombia, donde un kilo de harina puede venderse seis veces más caro.

   La oposición ha criticado la medida, advirtiendo de que es una forma de imponer el racionamiento de los alimentos para evitar que la crisis de abastecimiento se agudice llevando a una falta absoluta de productos básicos.

   Desde hace un año, Venezuela sufre una grave crisis de abastecimiento de productos básicos que el Gobierno de Maduro ha achacado a la supuesta "guerra económica" lanzada por sectores opositores, en concreto, al uso fraudulento de las divisas.

   La oposición, en cambio, ha denunciado que la falta de productos básicos se debe a la mala gestión económica del oficialismo y a la corrupción en la administración pública.