Publicado 25/03/2020 11:03

El dolor, el síntoma de mayor impacto del cáncer colorrectal

Experta asegura que el dolor es el síntoma de mayor impacto del cáncer colorrect
Experta asegura que el dolor es el síntoma de mayor impacto del cáncer colorrect - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / PETERSCHREIBER.MEDIA

MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

Ana Fernández Montes, facultativo especialista del Servicio de Oncología Médica del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), ha explica que el dolor es "el síntoma de más impacto" en el paciente con cáncer de colon y su familia.

"El paciente se refiere a él como prioritario en el tratamiento, y condiciona, además, la posibilidad de controlar otros síntomas como el insomnio o la depresión. Su correcta evaluación constituye, por tanto, un elemento indispensable para lograr un tratamiento eficaz", explica la experta.

De acuerdo con las estimaciones, el cáncer colorrectal, con un total de 44.231 nuevos casos en 2020, será el más frecuente diagnosticado en España. Es una enfermedad heterogénea, que va desde enfermedad limitada a enfermedad avanzada. "Los pacientes con enfermedad localizada se encuentran asintomáticos, a menudo, con morbilidad derivada de la cirugía reciente a la que han sido sometidos. Sin embargo, aquellos con enfermedad avanzada presentan síntomas derivados de dicho estadio como son la hiporexia/anorexia, la astenia, el dolor y a menudo depresión y ansiedad", comenta.

El perfil del paciente con cáncer de colon hace que concurran en él diferentes tipos de dolor. Una de las formas de dolor más difíciles de controlar en estos pacientes es el dolor irruptivo oncológico (DIO), una exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la base de un dolor persistente estable, y que se caracteriza por su elevada intensidad, rapidez de instauración (generalmente súbita) y corta duración (usualmente inferior a unos 20-30 minutos). Los pacientes pueden presentar varios episodios a lo largo del día, 3 o 4 como media, cuyas características pueden modificarse.

En el caso de los pacientes con cáncer de colon, la experta indica que "por un lado, existe un tipo dolor irruptivo incidental, que es el más frecuente y se relaciona fácilmente con una causa como la movilización, que se va a dar en el caso de metástasis óseas, o la defecación, en pacientes portadores de tumores rectales". "Por otro lado, encontramos el dolor irruptivo espontáneo, que aparece de forma imprevisible y sin que exista un factor desencadenante habitual. En ocasiones puede ser identificado como ocurre con los espasmos musculares o distensión de órganos huecos (esófago, intestino, vía biliar, vejiga, hígado, y uréter) producidos por factores irritativos u obstrucción", añade.

En este sentido, la experta argumenta que la calidad de vida de los pacientes se ve mermada y no únicamente en la derivada del propio dolor, que constituye un síntoma incapacitante e invalidante. "Un mal control del dolor irruptivo conduce al desarrollo de síntomas de depresión y ansiedad, reducción de la actividad diaria y, por ello, una reducción de la autonomía del paciente. A su vez, conduce a una menor adherencia a los tratamientos oncológicos específicos y una merma en sus relaciones sociales y sueño conllevando a un descenso significativo en la calidad de vida", aclara la doctora.

Por último, la experta señala que una de las principales barreras a la hora de detectar el DIO es la infraestimación del mismo y el no hacer una anamnesis adecuada para su diagnóstico. "Hasta hace pocos años, la falta de herramientas terapéuticas totalmente eficaces ha podido contribuir a que los profesionales sanitarios hayamos infravalorado esta cuestión, de forma que su tratamiento continúa siendo uno de los principales retos de la práctica clínica diaria. De hecho, se ha estimado que aproximadamente dos de cada tres pacientes con dolor oncológico crónico sufren con cierta frecuencia exacerbaciones puntuales del mismo debido a diferentes causas, en ocasiones previsibles, y en otras inesperadas", concluye la especialista.