Publicado 14/10/2019 10:57

Una hormona revierte el hígado graso no alcohólico en personas con VIH

   MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y del Hospital General de Massachusetts (MGH) han comprobado que la hormona inyectable tesamorelina reduce la grasa del hígado y previene la fibrosis en personas con el VIH, según publica en línea la revista 'The Lancet HIV'.

   "Muchas personas que viven con el VIH han superado obstáculos importantes para vivir vidas más largas y saludables, aunque muchas aún experimentan enfermedad hepática --explica el director del NIAID, Anthony S. Fauci--. Es alentador que la tesamorelin, un medicamento ya aprobado para tratar otras complicaciones del VIH, puede ser eficaz para abordar la enfermedad del hígado graso no alcohólico".

   La enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) ocurre con frecuencia asociada al VIH, y afecta al 25% de las personas con VIH en el mundo desarrollado. Sin embargo, actualmente no existen tratamientos efectivos para tratar la afección, que es un factor de riesgo para la enfermedad hepática progresiva y el cáncer de hígado.

   Los investigadores dirigidos por Colleen M. Hadigan, médica investigadora senior en el Laboratorio de Inmunoregulación del NIAID, y Steven K. Grinspoon, jefe de la Unidad de Metabolismo en MGH, probaron si la tesamorelina podría disminuir la grasa del hígado en hombres y mujeres que viven con VIH e hígado graso no alcohólico.

   Entre los participantes inscritos, el 43% tenía al menos fibrosis leve, y el 33% cumplía los criterios de diagnóstico para un subconjunto más severo de HGNA llamado esteatohepatitis no alcohólica. Treinta y un participantes fueron asignados al azar para recibir inyecciones diarias de 2 mg de tesamorelina, y 30 fueron asignados al azar para recibir inyecciones de aspecto idéntico que contienen un placebo.

   Los investigadores proporcionaron asesoramiento nutricional a todos los participantes, así como capacitación en la autoadministración de las inyecciones diarias. Luego, los investigadores compararon las medidas de salud del hígado en ambos grupos al inicio y a los 12 meses.

   Después de un año, los participantes que recibieron tesamorelina tuvieron una mejor salud hepática que los que recibieron placebo, según lo definido por la reducción de la fracción de grasa hepática (FGH), la proporción de grasa con respecto a otros tejidos en el hígado. El rango saludable para FGH es inferior al 5%.

   El treinta y cinco por ciento de los participantes del estudio que recibieron tesamorelina lograron una FGH normal, mientras que solo el 4% de los que recibieron placebo alcanzaron ese rango solo con consejos nutricionales.

   En general, la tesamorelina fue bien tolerada y redujo la FGH de los participantes en una diferencia absoluta del 4,1% (correspondiente a una reducción relativa del 37% desde el comienzo del estudio).

   Además, los niveles de varios marcadores sanguíneos asociados con la inflamación y el daño hepático, incluida la enzima alanina aminotransferasa (ALT), disminuyeron más entre los que tomaron tesamorelina en comparación con los que recibieron un placebo, particularmente entre aquellos con niveles elevados al comienzo del estudio.

   Dados estos resultados positivos, los investigadores sugieren ampliar la indicación de tesamorelina para incluir a las personas que viven con el VIH que han sido diagnosticadas con HGNA. También recomiendan investigaciones adicionales para determinar si la tesamorelina podría contribuir a la protección a largo plazo contra la enfermedad hepática grave en personas sin VIH.

   "Nuestra esperanza es que esta intervención pueda ayudar a las personas que viven con VIH, así como beneficiar a las VIH negativas con anomalías hepáticas --avanza el doctor Hadigan--. La investigación adicional puede informarnos sobre los posibles beneficios a largo plazo de este enfoque y desarrollar formulaciones que puedan beneficiar a todas las personas con enfermedad hepática, independientemente del estado del VIH".

   'Egrifta' (tesamorelina) fue aprobado en 2010 por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para reducir el exceso de grasa abdominal en pacientes con VIH con lipodistrofia, una complicación caracterizada por una distribución anormal de grasa corporal inicialmente asociada con clases más antiguas de medicamentos para el VIH.

   "Debido a que la tesamorelina demostró ser eficaz en el tratamiento de la acumulación anormal de grasa en el abdomen de las personas en el contexto del VIH y el uso de medicamentos relacionados, planteamos la hipótesis de que el medicamento también podría reducir la grasa que se acumula en el hígado y causa daños en una población similar", reitera el doctor Grinspoon.

   Si bien la enfermedad hepática a menudo se asocia con el consumo excesivo de alcohol, la HGNA ocurre cuando el exceso de grasa se acumula en el hígado sin alcohol como factor contribuyente. Esta condición puede progresar a daño hepático, cirrosis o cáncer que podría poner en peligro la vida y requerir un trasplante de hígado.